‘Más rápido, más alto, más fuerte’
Lugar: CICCA. Entrada gratuita.
18:30 horas
Digital
Lunes 6
Olimpiada 1. Festival de las naciones, de Leni Riefenstahl. Alemania, 1938, 106 min.
Lunes 13
Jim Thorpe, el declive de un campeón, de Michael Curtiz. EE UU, 1951, 107 min.
Lunes 20
Carros de fuego, de Hugh Hudson. Reino Unido, 1981, 125 min.
6 junio de 2016
Olimpiada 1. Festival de las naciones
Olympia 1. Teil — Fest der Völker
Alemania, 1938. B/n. VOSE.
Duración: 106 minutos.
Dirección: Leni Riefenstahl.
Guion: Leni Riefenstahl.
Producción: Leni Riefenstahl.
Fotografía: Willy Zielke, Hans Ertl, Walter Frentz, Kurt Neuber, Hans Scheib.
Música: Herbert Windt.
Montaje: Leni Riefenstahl.
Premios: Medalla de oro olímpica del Comité Olímpico Internacional. Mejor película extranjera en los Premios del cine japonés.
Sinopsis: Documental sobre los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 que combina la poesía de los cuerpos en movimiento y los primeros planos de los atletas en el calor de la competición. Divida en dos partes, mientras la segunda incluye imágenes de varios deportes, esta primera se centra en el atletismo, ofreciendo momentos que han quedado en nuestras retinas, como la superlativa actuación de Jesse Owens bajo la esquiva mirada de Hitler.
13 junio 2016
Jim Thorpe, el declive de un campeón
Jim Thorpe — All-American
EE UU, 1951. B/n. VOSE.
Duración: 107 minutos.
Dirección: Michael Curtiz.
Guion: Douglas Morrow – Everett Freeman – David Newman – Frank Davis, a partir de la biografía escrita por James Thorpe – Russell J. Birdwell
Producción: Everett Freeman.
Fotografía: Ernest Haller.
Música: Max Steiner.
Montaje: Folmar Blangsted.
Intérpretes: Burt Lancaster, Charles Bickford, Steve Cochran, Phyllis Thaxter, Dick Wesson, Jack Big Head, Sonny Chorre, Al Mejia, Hubie Kerns.
Sinopsis: Jim Thorpe nació en una reserva india de Oklahoma. Desde niño mostró sus excepcionales facultades físicas en carreras de veinte kilómetros entre su casa y la escuela. Pudo acceder a una institución dedicada a la enseñanza de niños indios y allí Jim fue descubierto por un entrenador de atletismo, llegando a participar en los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912.
20 junio de 2016
Carros de fuego
Chariots of Fire
Reino Unido, 1981. Color. VOSE.
Duración: 125 minutos.
Dirección: Hugh Hudson.
Guion: Colin Welland.
Produccion: David Puttnam – James Crawford – Dodi Fayed – Jake Eberts.
Fotografía: David Watkin.
Música: Vangelis.
Montaje: Terry Rawlings.
Intérpretes: Ian Charleson, Ben Cross, Nicholas Farrell, Nigel Havers, Daniel Gerroll, Ian Holm, John Gielgud, Lindsay Anderson, Nigel Davenport, Cheryl Campbell, Alice Krige.
Premios: Oscar a la mejor película, mejor guion original, mejor banda sonora y mejor diseño de vestuario.
Sinopsis: En 1920, Gran Bretaña contaba con dos atletas excepcionales: Harold Abrahams y Eric Lidell. Las razones que los movían a correr eran tan diferentes como sus vidas y su propio concepto del triunfo. Abrahams, de origen judío, sentía la presencia de Dios en todo lo que hacía. Lidell, cristiano, soñaba con convertir su pasión en un reto personal. Sin embargo, los dos persiguen lo mismo: competir y vencer en las Olimpiadas de 1924.
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‘Más rápido, más alto, más fuerte’
Cuenta la historia que el cine nació un 28 de diciembre de 1895, cuando los hermanos Lumière proyectaron en público la salida de unos obreros de una fábrica de Lyon. En Atenas, casi cien días después, el 3 de abril de 1896, el rey Jorge de Grecia se dirigía a las masas que abarrotaban el emblemático el Estadio Panathinaikos, dando la bienvenida a la era moderna del deporte: “Proclamo la apertura de los primeros Juegos Olímpicos internacionales en Atenas. Larga vida a la Nación. Larga vida al pueblo griego.”
Cine y Olimpismo nacieron casi al mismo tiempo, y con el paso de los años han aprendido a sacarse partido mutuamente. Los Juegos Olímpicos han generado desde sus inicios un sinfín de historias de superación, de victorias insospechadas y derrotas catastróficas. Y el cine, claro, encuentra en este caldo de cultivo un espacio ideal para urdir esas tramas que tanto nos gustan, esas en las que, partiendo desde un origen poco propicio, un atleta alcanza los laureles de la gloria. O esas otras en las que una deportista de relumbrón, con todo a su favor para convertirse en leyenda, sufre la más inesperada y cruel de las derrotas.
Pero los Juegos no se han quedado atrás y en cuanto se contrastaron las posibilidades del cine como herramienta de comunicación masiva, cada edición de los Juegos ha tenido su película oficial. Quizás nadie se acuerde de que Kon Ichikawa dirigió un documental sobre los Juegos de Tokio de 1960, o que Carlos Saura se encargó de Barcelona 92. Pero lo que sí quedó en los anales de la historia fue el impresionante trabajo de Leni Riefenstahl para el Tercer Reich. Olimpiada (1938), es un apabullante documento, estrenado en forma de díptico (Olimpiada 1. Festival de las naciones y Olimpiada 2. Festival de la belleza), tan deslumbrante en lo técnico y narrativo como polémico por su incuestionable sustrato propagandístico nazi. De ahí que hayamos querido elegir a esta directora y su Olimpiada 1. para este ciclo.
Por otra parte, los ejemplos de lo que el cine es capaz de hacer con la épica olímpica son innumerables, pero en este ciclo nos hemos detenido en dos de ellos. Pensemos, por ejemplo, en la historia del nativo americano Jim Thorpe, que de niño corría 20 km. para ir a la escuela, que ganó dos medallas de oro (pentatlón y el decatlón) en los Juegos de 1912 en Estocolmo y que fue profesional en fútbol americano, beisbol y baloncesto. Aquello no lo podía desperdiciar Hollywood y fue Michael Curtiz quien dirigió Jim Thorpe, el declive de un campeón (1951), cinta en la que Burt Lancaster encarnaba al legendario atleta. Pero si se habla de épica olímpica, qué decir de Carros de fuego (Hugh Hudson, 1982). Dos atletas muy distintos y su camino hacia la gloria, conflictos religiosos y la inolvidable música de Vangelis de fondo. Lo mejor para correr más rápido, saltar más alto y ser, en definitiva, más fuerte.